La vocación de emprendimiento de El Valle Digital (4)

Autores: Adolfo Castilla y José María González de Álamo

Emprendimiento de El Valle Digital. Seguimos insistiendo en este post en el tema del emprendimiento, ya que, si hay una preocupación central en la segunda fase de El Valle Digital, ella es la de hacer realidad en forma de negocios y empresas muchas de las ideas que han surgido ya y muchas de las que surgirán. Creemos, además, que sobre cómo tener ideas y poner en marcha proyectos hay mucho que aprender y mucha sabiduría acumulada en forma de conocimientos, técnicas y metodologías, además de miles de experiencias a nivel mundial que conviene conocer. Recordamos, por otra parte, en lo que sigue, el hecho de estar llevando a cabo este proyecto en una época y con una revolución como la digital que lo transformará todo y que nos pone a todos en la misma línea de salida.

Enseñar y aprender en El valle Digital

En El Valle Digital no solo nos dedicamos a promover el voluntariado, desencadenar iniciativas de todo tipo, impulsarlas en todos sus aspectos y procurar que se desarrollen y se mantengan en el tiempo. Buscamos también, como queda claro por lo dicho en los últimos posts, la institucionalización de todos los proyectos posibles en forma de empresas, cooperativas, asociaciones, plataformas u otras formas institucionales formales.


Tinieblas de la Sierra
Sierra de la Demanda | Tinieblas de la Sierra

Pero, los que participamos en este gran proyecto de desarrollo rural y digital tenemos, además, preocupaciones didácticas. Estamos todos interesados en la aportación de conocimientos en cuanto a cómo hacer cosas. En concreto, cómo imaginar nuevos negocios (imaginación), cómo crearlos (creatividad), cómo inventar sus elementos básicos (Inventiva), cómo innovar (innovación), cómo desarrollar profesionalmente un modelo de negocio (modelo), cómo hacer un plan de negocio (planificar), cómo financiar un nuevo negocio (capitalización), como gestionarlo en todos sus aspectos (management).

Nos gusta saber cómo se hacen las cosas y enseñarlo y difundirlo para beneficio de todos, por eso el aprendizaje y la difusión de conocimientos son dimensiones que permean toda nuestra actividad.

Sobre todo, cuando sabemos que de una manera sintética el lanzamiento de un nuevo negocio o la creación de una empresa es un proceso fácil de explicar que requiere de dos figuras fundamentales: una, un inventor o poseedor de un conocimiento sobre alguna materia con posibilidades de ser puesta en el mercado y, otra, un hombre de empresa o inversor dispuesto a apoyarla.

Experiencias reales

Hace unos años uno de los autores de este post viajó por los Estados Unidos visitando empresas y conociendo a fondo diversas experiencias de emprendimiento. En la ciudad de Boston se puso en contacto con expertos en este terreno que le explicaron los motivos por los que en toda Nueva Inglaterra existía mucha actividad de creación de empresas tecnológicas.   Hay que recordar a este respecto que la llamada “Route 128”, carretera de circunvalación de la ciudad, ha sido durante años la contrapartida en el Este del país de lo que ha sido Silicon Valley en el Oeste.

Dichos expertos le explicaron que toda la región, formada por los estados de Maine, Vermont, Nuevo Hampshire, Massachusetts, Connecticut y Rhode Island, era muy rica y con una gran variedad de instituciones de todo tipo, desde universidades hasta centros culturales y artísticos, así como grandes infraestructuras y paisajes de gran belleza y que mucha gente adinerada, grandes empresarios en una gran parte, vivía en ella. Muy a menudo dicha gente era aficionada a tomar riesgos económicos participando en nuevos negocios.

También había en la zona muchos científicos, investigadores y tecnólogos que, con frecuencia, después de haber trabajado en grandes instituciones de investigación o en importantes departamentos de I+D se instalaban sus propios laboratorios y talleres y seguían trabajando, produciendo inventos diversos susceptibles de ser puestos en el mercado.

El fenómeno de los venture capital

Muy a menudo unos y otros personajes se conocían y decidían poner en marcha nuevas empresas. El porcentaje de éxito podía ser reducido, pero si daban en el blanco con un producto o servicio las ganancias solían ser espectaculares. Eran una mezcla de elevado potencial, si surgía el éxito, con alto riesgo.

Alrededor de estos procesos naturales se desarrollaron, con el tiempo, actividades hoy muy populares y muy relacionadas con las start ups, o nuevos negocios, con frecuencia tecnológicos. Es el mundo de los Venture Capital, Capital Riesgo, Private Equity y más recientemente, y a una escala más reducida, el de los business angels, crowdfunding o pequeños y especializados fondos de inversión.

No escondemos nuestra intención de que El valle Digital sea un proyecto similar al de la Route 128 de Boston o al de Silicon Valley del valle de Santa Clara en California, sabiendo muy bien las distancias que nos pueden separar de ellos. Hay una circunstancia, sin embargo, que nos acerca: es el hecho de que El Valle Digital surge de la mano de una nueva revolución tecnológica más transformadora, quizás, que la electrónica o microelectrónica base de aquellos proyectos, sobre todo del segundo.

La vocación digital del Emprendimiento de El Valle Digital

La revolución digital viene a transformar totalmente nuestro mundo y en ella existen fenómenos como el de las plataformas digitales interconectadas a la Red que lo cambiarán todo. Hasta tal punto que a la nueva economía que surgirá de lo digital se la llama a menudo, “economía de las plataformas”.

Dedicaremos tiempo a esta última cuestión, pero insistimos en lo que hemos adelantado en nuestro post anterior en cuanto a que existen ya una serie de plataformas creadas como proyectos a desarrollar en El Valle Digital.